Entrega Ricardo Hernández García, escuela
“Blancas Mariposas”

Con recursos otorgados por la Sección 48 del STPRM se construyeron dos aulas de la escuela primaria “Blancas Mariposas”, que beneficia a hijos de trabajadores petroleros que habitan en esa zona

Ricardo Hernández Gar­cía, secretario general de la Sección 48 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), entregó instala­ciones educativas que be­nefician a niños de primaria en el fraccionamiento “Mis Blancas Mariposas”.
Junto a representantes de la Secretaría de Educación, del delegado del fraccio­namiento Enrique Basto y de la presidenta del comité de padres de familia cons­tituido en comité de pro construcción de esta escue­la, María Isabel Alejandro Mayo, el dirigente petrolero realizó el corte del listón simbólico.
Gracias al apoyo de Hernán­dez García se construyeron dos aulas baños para niños y niñas, con lo cual se cu­bre una sentida demanda de los padres de familia de este fraccionamiento que no contaban con una escue­la primaria en esta zona.
A este ceremonia acudieron también Jesús Vizcaíno, te­sorero y Oscar González, secretario del interior de la Sección 48 del STPRM.
Padres de familia de este fraccionamiento, en donde habitan familias petroleras, acudieron a solicitar la ayu­da de Ricardo Hernández, a quien señalaron que había maestros autorizados por la SEP y población estudiantil pero no había aulas.

Tomaban clases en una casa particular

Las clases se impartían en casa de los esposos Marice­la Rivas y Víctor Pérez, quie­nes ofrecían este espacio en los días hábiles, por lo que ante la petición del comité de padres de familia y sin dudarlo Hernández García otorgó todo su apoyo para la edificación de las aulas y baños, con lo que ahora los niños ya pueden estudiar en instalaciones más dignas.
Durante la ceremonia los presentes brindaron un fuerte aplauso al secretario general de la Sección 48 por el respaldo brindado con esta obra educativa.
“Lo que algún día fue un sueño ahora es una reali­dad”, manifestaron agrade­cidos a través de cartulinas y a viva voz los papás de los niños.